3 jun 2013

Evelyn

Antes de nada quiero mencionar que esto seria una especie de fic de Skyrim, es un juego que me encanta y a veces me hace pensar más de lo que deberia. Y puede que tenga algun spoiler, puede.

  "¿Estoy acaso hecha para vivir en soledad?" se preguntaba en lo alto del risco mas alto de todo Tamriel, mirando con quietud el valle de la parte oeste de Skyrim que se abria ante ella. Tanto esplendor y un paisaje tan extenso le causaban un sentimiento aun mayor de abandono.
 
   Posando sus ojos en cada punto que distinguia iba recordando aquellos tres años, la mayor parte a pie, recorriendo las vastas tierras de los nordicos sola. Una alta elfa en tierra helada y desconfiada, herida de muerte por la guerra y la brutalidad, la desconfianza. Desde el dia en el que acabo su vida y empezo su viaje hasta ese mismo momento habia cambiado mucho y habia conocido a mucha gente... ¿buena? ¿mala? cada uno tenia sus motivos y forma de ser, ni buenos ni malos.  ¿Y por que viajar en soledad cuando y cientos de personas se lanzarian ante lobos para defenderla? Gente muy leal, de todas las razas coexistentes en Skyrim en esos momentos le habia jurado lealtad hasta la muerte y seguirla en caso de necesitar su ayuda. Mas altmers como ella, bretones, imperiales, nordicos, guardias rojos, argonianos, khajitas, bosmers, orcos y dunmers... Todos dispuestos con sus armas a que les de una sola llamada de atencion, para seguirla y vivir miles de aventuras juntos.
Tambien estaba el asunto de la confianza de los jarls, que habiendola nombrado thane de cada una de las comarcas y teniendola como mano derecha, se deshacian en comodidades para ella si era necesario, y era necesario con la guerra.

   Intento recordar su mision, pero con tantos encargos ya no sabia de que mision hablaba. ¿Erradicar a los dragones de nuevo? Esa era, pero despues... ¿que haria? Era la Dovahkiin, pero no solo eso, despues de tantos años recorriendo los frios parajes habia encontrado miles de caminos que habia decidido seguir uno a uno... Archimaga del colegio de Hibernalia, adalid de la mayor parte de los temidos principes daedra, oyente de la Hermandad Oscura, Ruiseñor y al cargo del Gremio de Ladrones en el Riften, exploradora en general, proximamente bardo, y miembro de las cuchillas... Habia salvado tantas veces a la gente de dragones y otras amenazas mayores como Potema que ya no se acordaba.

   Lanzó un thu'um que resono por todo el valle y luego se quedo en silencio. "¿Cuando me desvie de mi camino?" pensó. "Condenada a muerte, salvada por un dragon al que ironicamente exterminare, renaci en ese momento pero he perdido toda humanidad con el paso del tiempo." Con un suspiro cerro los ojos y se quito el Otar para poder respirar con profundidad. Sombra relincho a su lado, impaciente. Evelyn no pudo evitar recordar a su anterior corcel fiel, Escarcha y como murio. Tampoco pudo evitar pensar en dos de sus acompañantes, que murieron por su incapacidad de proteger a nadie. Los primeros y ultimos acompañantes que tuvo.
 
  "Vivir y morir en soledad, alejada de la gente por el miedo y el poder." Se puso de nuevo Otar y de un salto se lanzo al vacio, desevainando su espada de ebano. "Quizas algun dia alguien se acerque a mi de nuevo, y entonces ya no le dejare marchar." Cayendo encima del lomo del dragon que estaba atemorizando un pequeño pueblo alzo la espada con toda la ira posible. "Si es mi mision salvar a tanta gente, al final alguien    acabara agradeciendomelo con mas que aprecio." Confiada en esos pensamientos que la salvaban de la desolacion asesto un golpe al dragon, que muerto aterrizo estrepitosamente delante de niños, mujeres y hombres atonitos.

  Otro dragon muerto y mas alabanzas callendo como lluvia.



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