-Demien, han pasado tantos años ya... Y muchos mas desde que llegue aqui y tu conmigo para servirme... Pero esta es la primera vez que me lamento por el paso de los años, que para mi siempre habian sido simples cambios de estaciones ya que ni el tiempo ni el viento helado hacen mella en mi.
Ahora te explicare a que viene tanta charla viniendo de mi, si te sientas y me escuchas... Voy a confesarte lo que pienso, luego podras reirte de este pobre desgraciado que ha caido en un error humano comun.
Demien, el siervo alado de aquella deidad, se sento en el aire y le miro con inquietud mientras preguntaba con los ojos muy abiertos:
-¿Que puede atormentar a un ser divino que siempre ha vivido en soledad en lo alto de una montaña?
Con un movimiento ligero de cabeza el divino ser se aparto un mechon de pelo que caia sobre sus ojos y tras suspirar pesarosamente empezo a hablar:
-Hara aproximadamente diez años que esto empezo. Vesta... si... "Aquella que mantiene el fuego sagrado".
Vesta llego un dia de otoño a la cima de este monte sin saber que encontraria y me encontro a mi... aun me acuerdo de la primera conversacion que tuve con ella, me ofrecio una manzana cuando ya no sabiamos que decir ninguno de los dos. Desde aquel dia en que la trate con tanto desprecio y ella me ofrecio a cambio una dulce fruta con una sonrisa vino a verme cada dia durante los siguientes ocho años, cada dia con una reluciente manzana roja que yo guardaba para comerme por al noche en compañia de las estrellas.
Cada dia hablabamos un poco, le daba pocas palabras a cambio de todo lo que me ofrecia ella, no sabia que decir. Mientras ella hablaba y hablaba yo la miraba con curiosidad preguntandome si no tendria nada mas que hacer o acaso era aquello una forma de burlarse de mi...
Ocho años llenos de recuerdos dulces ahora que para aquel entonces era una costumbre a la que no prestaba atencion.
Un dia desaparecio, y yo no me preocupe, supuse que tendria mejores cosas que hacer y asi pasaron semanas, luego meses y al final la olvide por completo... Pero hoy, he echado un vistazo hacia abajo y he visto que el pueblo donde vivia ya no existia, que la fuente celestial estaba seca, que la tierra esta yerma y que no hay rastro de nadie. La tierra ha muerto y yo no me he percatado de ello.
Al volver desolado hacia aqui encontre un grabado en la ladera de la montaña....
Demien dejo de aletear del asombro y se cayo de culo:
-¿Que ponia? ¿Que ponia?
Con un movimiento leve de las manos fueron transportados delante del grabado.
-
"El fuego sagrado ardera por siempre dentro de una manzana que devoras cada dia sin piedad." ¿Que? No lo entiendo, señor mio.
-Ese error humano es no darse cuenta de los sentimientos ajenos y despreciarlos como yo hice. Damien, por favor... Buscala.
-¿Que la busque? ¿Como hare eso? No tengo nada para empezar...
-Ella... cultivaba las manzanas, llevaba un colgante de rubies que le regale el dia de su cumpleaños hace cinco años. Busca ese rubi y daras con ella.
El alado de despidio con una reverencia y agarro con fuerza el brazalete con rubies que su señor le dio a modo de contrato por servirle. Mientras, la deidad miraba al sol fijamente sin siquiera decir nada a modo de despedida.
-Dos meses despues-
-¡Mi señooooooor!
Damien cayo en picado desde el cielo algo alterado y se choco contra el suelo, necesitando ayuda para incorporarse.
-¿Que pasa? Habla rapido, he esperado mucho a que volvieses.
-M-mi señor... Vesta... Bueno, ella... Vesta murio hace dos años... En una ciudad muy lejana, enferma en un hospital diciendo vuestro nombre...
El ser divino bajo la cabeza e intento llorar, pero no recordaba como hacerlo. Eso le dio mas rabia aun asi que se transporto lejos con ese movimiento sutil, fue al sitio de la inscripcion.
-Vesta... Estupida humana que se atrevio a entregar su corazon a un solitario como yo. ¿Por que seguiste viniendo hasta enfermar? ¿Por que no me lo contaste? Hablabas mucho, pero nunca sobre ti. ¿Donde ha ido a parar el fuego de tu alma?
-Sigue contigo, mi querido.
La voz venia de detras suyo y al girarse solo pudo ver una sonrisa triste y unos llorosos ojos en una figura que se desvanecia.
-¡No me dejes! Me arrepiento de no buscarte, me arrepiento de no haberte conocido antes. Me arepiento de tu muerte. No me dejes de nuevo, no podria soportarlo.
-N-no te dejare... Siempre estare contigo, siempre... Siempre.
En ese ultimo siempre envuelto en lagrimas se le quebro la voz a la joven y desaparecio en un estallido de luz roja.
-¡Vesta!
Las lagrimas comenzaron a fluir ahora sin dificultad alguna mientras hincaba las rodillas en el suelo y enterraba la cabeza entre las manos. Su piel se volvio mas gris a cada lagrima derramada y su largo pelo dorado se volvia negro con cada gemido de dolor. Finalmente aparecio Damien con el colgante en la mano.
-Mi señor... Usted puede...
El sirviente alado no puedo contener la tristeza tampoco y empezo a llorar en silencio. Pero tomo una decision, se quito el brazalete y se lo entrego a su amo junto con el colgante.
-Por favor, unanos. Compartire la mitad de mi vida como casi inmortal con ella... Despues de todo, yo me debo a mi salvador y a la mujer que un dia logro hacerle comprender lo que son los sentimientos.
Sonrio calidamente mientras movia las alas con el nerviosismo que le caracterizaba.
...
Fin
