30 dic 2011

Cierra los ojos.


Una niña estaba llorando en la única esquina que seguía entera de las ruinas de aquel edificio. Se le acerco un chico un tanto más mayor y se agacho a su lado:
-¿Qué te pasa, Minna?
La chica se frot
ó los ojos y miro al adolescente a los ojos:
-No me queda tiempo, Varick.
Varick la mir
ó un poco preocupado y la abrazó:
-Si sigues llorando solo harás las cosas más difíciles. Solo cierra los ojos de una vez y vete.
-¡No quiero dormir!-grit
ó Minna-¡Cuando despierte todo habrá desaparecido! ¡Todo!
Varick cerr
ó los ojos y suspiro sonoramente pensando que aquello era, cada vez que pasaba, un suplicio peor para él.
-Minna,-le dijo suavemente- mírame y cuéntame la razón del que no quieras volver a Utopeia y en cambio quieras quedarte en Dispangu.

Minna se sec
ó las lágrimas y tras coger aire comenzó:
-Aquí hay colinas grises donde puedo perderme y cantar al cielo lo que me pasa, allí el color es demasiado brillante y la luz del sol me ciega. Aquí puedo hacer lo que quiera cuando y como quiera, allí todos hemos de ser correctos. Aquí puedo soñar libremente y flotar entre las nubes que mi propio ingenio cree, allí no tengo tiempo. Aquí esta Emil... allí no. Aquí esta todo tan desolado que en cierto modo me siento bien, allí la desolación es distinta, las personas están completamente vacías. Eso es lo que me pasa.

El chico se acerco y le beso la frente, luego señalo a un espejo viejo que colgaba de una pared.
-Eso de ahí...-comenzó- Mírate.
La chica le hizo caso y se acercó a mirarse, vio su pequeño cuerpo vestido con un vestido negro y unas botas marrones, y al llegar a su rostro puedo ver unas enormes ojeras bajo sus tristes ojos y unos labios cortados por el frío que hacia allí.
-Minna, esta es solo parte de ti.-concluyó Varick-Debes ser las dos.
Minna suspiro y se giro hacia Varick:
-¿Por que me haces esto? Me odio por cambiar tanto. Odio a mis dos yo. Las odio.

El adolescente rompió de un puñetazo el espejo, con furia:
-Vete ya o te arrepentirás.-tras unos instantes decidió añadir algo mas- Sabes que siempre que vuelvas estaré aquí, y seguramente todos los demás también. Además, hay mas como tu que van y vienen.
-Eso no es así-contest
ó la niña casi sin darle tiempo a acabar- Ellos tienen pautas diferentes de viaje, son menos estrictas, incluso deniegan el venir aquí.
-¡Es un mundo destruido, jodida enferma!-le gritó el chaval, que estaba bastante enfadado.



Minna suspiro de nuevo y pas
ó la mano por el roto espejo, luego observó por la ventana el horizonte en ruinas de aquella ciudad, y por ultimo se giró hacia el iracundo chico al que ella misma había enfadado.
-Prométeme que no desaparecerás nunca, porque si desapareces seguramente me quede aquí para siempre la próxima vez que venga.

Minna cerró los ojos con fuerza y todo se volvió luz. Varick veía como la chica crecía hasta transformarse en una joven que le superaba en edad. Minna abrió los ojos por última vez mientras iba desapareciendo y le sonrío:
-Algún día conseguiré juntar los dos mundos, será todo como antes...

Varick comenzó a llorar en silencio cuando ella hubo desaparecido del todo y se asom
ó a la ventana para ver como la luna brillaba en el cielo.
-Es demasiado tarde como para desearte buenas noches pero demasiado pronto como para darte los buenos días... Adiós.









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